Esta es una ayuda social fundamental para las familias afectadas por el recorte del aporte anual, ya que «cuesta decirlo, pero están pasando hambre y son los intendentes los que tienen que amortiguar la crisis social con comedores que apenas pueden abastecer», señalaron sus referentes.
El diputado Isaac Lenguaza presentó un proyecto legislativo formal en este sentido y detalló la angustiante situación en la que cayeron los tareferos afectados por el corte, además de las irregularidades e inequidades registradas con el pago de los que sí cobraron, pero que apenas recibieron una parte de lo comprometido.
«Los trabajadores de los yerbales están pasando una de las peores crisis de las que se tenga memoria. Nos contaban que si bien en otros períodos interzafra se registraron atrasos en los pagos, nunca hubo un recorte masivo de la asistencia como pasa en la actualidad. Cuesta decirlo porque es inmoral, pero las familias están pasando hambre» refirió el legislador del PAyS.
En tanto el presidente del PAyS, Héctor «Cacho» Bárbaro, realizará gestiones en Capital Federal para requerir información oficial sobre los recortes, ya que a la fecha los tareferos no lograron respuestas a las notas y reclamos individuales que se generaron de a cientos en cada dependencia de Anses y de las oficinas de Empleo de la Nación.
Los tareferos denunciaron que además de la caída de unos 1500 subsidios, hubo una anarquía total en los pagos que sí se registraron por la mezcla de dos beneficios: el interzafra y el aporte por contingencia climática. Pero que a ciencia cierta, los que cobraron no saben exactamente por qué conceptos ni cuánto les queda por percibir, si es que les queda.
«Hubo gente que cobró 2000 pesos y otros 4000 pesos; hubo quien cobró una sola vez y nunca más, y ni siquiera respondieron a una nota que mandó el ministro de Trabajo de la Provincia pidiendo precisiones», aseguraron desde el Pays.
Desde este espacio advirtieron al Poder Ejecutivo sobre la profundización de la crisis alimentaria y los ánimos cada vez más caldeados entre los trabajadores de la Tarefa, puesto que al recorte masivo de la asistencia económica y a la falta de información oficial sobre lo que les queda por cobrar, se le suma el ninguneo hacia quienes se ven obligados a deambular desde la Anses a las oficinas de empleo sin obtener ninguna solución.