
Ni bien tomaron estado público las terribles barbaridades que en el 2016 Gustavo Cordera expresara en un ensayo de conferencia frente a estudiantes de periodismo, supo lo que se le venía encima. Y las esperables consecuencias de esas barbaridades son exclusivamente por mérito propio; SOLITO se lo buscó y a nadie ni nada pudo ni podrá echarle la culpa más que a él mismo.
La condena social era inevitable y Cordera hizo lo único que estaba a su alcance: primero dijo que fue un ejercicio de “psicodrama” (y se embarró más), luego trató de culpar al estudiante que publicó el audio (y se embarró aún más), continuó intentando justificarse con Lacan (y se embarró todavía más), y finalmente pidió las disculpas públicas que correspondían y confesó que no era la primera vez que lo arruinaba todo.
A partir de allí –sumado al peso de arrastrar a la condena social a su banda y su familia-, a Gustavo Cordera le quedaban solamente dos opciones: abandonar todo y dedicarse a otra cosa, esperando que el tiempo olvide su barbaridad, o continuar haciendo lo que mejor sabe hacer, música.
Eligió la segunda opción, y luego de dos años de su anterior producción, “Tecnoanimal”, regresa con “Entre las cuerdas”. Apenas vemos la tapa del disco sabemos qué postura a tomado Cordera ante todo el revuelo generado (la repetida imagen del boxeador castigado), lo que se confirma con los títulos de varios temas (“Un abuso”, “Lo verdadero”, “Ya no quiero castigo”, “Redención”, “Mi basura interior”, “No nos culpan más”, y “Devolución” –tema que tendrá un párrafo aparte-.).
Musicalmente, en esta última producción los protagonistas son las canciones catalogadas como “mid tempo”, es decir canciones que no llegan a ser baladas pero tampoco enérgicas, poniendo más fuerza en la letra y el sentimiento; salvo “Soy campeón”, “Mi basura interior” (algo festivas en la musicalización) y “Devolución” (a mi criterio el mejor tema), Cordera se mueve en ese género que le reportó pequeñas joyas tanto en su trayecto bersuitero como solista.
En cuanto a las letras, hay pocas vueltas y mucho ir al grano, y Gustavo Cordera se planta fuerte: reconoce nuevamente que fue un estúpido, pero también presenta combate. Algunos ejemplos: “todas las mentiras se exponen al sol / todas las mentiras se iluminan, se revelan”, “una fe ciega me hizo seguir con más tropiezos que dirección / así es la vida del que aún perdiendo es ganador”, “lo que es verdadero se revela, se desviste”, “ya no quiero castigo por no hacer lo que debo / no persigo verdades porque soy verdadero”, “quién se hará cargo de mi basura interior”, “no nos culpen más…cobardes / no se oculten más”.
Resumen de su postura es “Devolución”, tema que cierra el disco. Aquí Cordera recupera el espíritu políticamente incorrecto y la soberbia que marcaron gran parte de la producción bersuitera (cosa que los bersuit actuales olvidaron hace bastante tiempo), rapeando versos que tienen objetivos inequívocos:
“Hoy se busca el culpable afuera o en casa
A alguien que se lleve todo lo que nos pasa
La culpa no es más que el odio a uno mismo
Dirigido a los demás; se llama fascismo
Son todos los sismos que buscan culpables
Se sienten por encima, se creen respetables
Esa doble moral, que en organizaciones
Hurgando en la roña, nos venden carroña
Pretenden escalar sin ser protagonistas
Se cuelgan de cualquiera, mejor si son artistas
Se encuentran en las redes recolectando amigos
Y escondidos en la tele, inventando enemigos
Al verles la codicia, tachada en sus caras
Sabrás que finalmente no pueden darnos nada
Mercenarias, caretas, tibios, moralistas
Rehenes del sistema, serviles, activistas
Y los desechos humanos, ¿No tienen derecho?
Quiero estar protegido, sin paredes ni techo
Y que levante la mano, el que se cree perfecto
O se siente completo, o se ve sin defectos
Yo quiero estar feliz de haber nacido hombre
Quiero vivir de pie, reverenciar mi nombre
Legitimar mis errores, valorar mis agujeros
Bucear en aguas turbias y encontrar al mensajero
que me ayude a vivir aventuras multiformes
El caos, delicioso, el orden, deforme
Y aunque se burlen de mi, por abrazar a la tierra
Yo amo a todos los seres, y me revuelco en la mierda
Soy un hombre capaz de partirse en pedazos
Y de volverme a unir, con solo un abrazo
Soy un hombre valiente que enfrento una pena
Con el amor en el pecho, y con el rencor en las venas
Soy un hombre capaz de vivir sin criterio
De entregarme al error, de besar al misterio
De embarrarme en los pies, de perder la razón
Y escuchar en silencio, que me dice el corazón
La condena a un guerrero, lo despierta de su sueño
Y aprende que el dolor, es mucho más que un premio
Y así, es la ley de atracción, la más poderosa ley del universo
Atraigo, lo que rechazo
Invito, a lo que evito
Le doy más fuerza, a aquello que quiero eliminar
La conciencia me ha permitido ver, y evolucionar
Y la libertad de expresión, compartirme y poder sanar
Cuando el amor poco se muestra y no responde
Solo la conciencia puede mostrar lo que la mentira esconde”
Cabe destacar que para este disco Cordera trajo a su lado a otro ex Bersuit para la composición y producción: Oscar Righi, quien supo desempeñar labores de guitarrista en dicha banda y que se alejó hace un poco más de año de la Vergarbat, siendo quien le ponía el sonido más rockero.
“Tecnoanimal” era una obra más variada, que incluía diferentes ritmos, tonalidades y temáticas, bastante humorístico también; era la obra que prometía el salto de Gustavo Cordera y la Caravana Mágica a la masividad (cosa que a esa fecha estaban logrando de a poco, en gran parte gracias a la inclusión de algunos temas de Bersuit Vergarabat, cosa que antes Cordera se negaba a hacer). Pero como dijimos antes, él solito se encargó de tirar por la borda esta oportunidad, perdiendo además gran parte de su público.
“Entre las cuerdas” es bastante monotemático, aunque de gran calidad sonora; me parece más como un disco de transición a lo que podría llegar a venir después.
Eso se verá en el futuro. Sin embargo, Gustavo Cordera muy bien sabe que todo lo que haga públicamente no podrá escapar a la cruz de sus terribles declaraciones en aquel año 2016. Es consciente de eso, y toda la responsabilidad es suya.