Con un mapa electoral no tan distinto al de 2016 y un nuevo fracaso de los sondeos, el presidente de Estados Unidos y candidato a la reelección, Donald Trump, y su rival electoral, el exvicepresidente Joe Biden, quedaron hoy cabeza a cabeza en una elección que será definida por un puñado de estados, algunos de los cuales podrían tardar varios días en anunciar sus resultados.
Por primera vez desde la crisis electoral de 2000, millones de estadounidenses amanecerán sin conocer quién ganó las elecciones presidenciales, pero esta vez la situación será aún más angustiante: Trump se declaró ganador, denunció fraude y anunció que irá a la Corte Suprema, dominada ahora por una mayoría ultraconservadora.